jueves, 5 de enero de 2012

A veces olvido cómo se escribía tu nombre. A veces, cuando voy en el autobús y miro el cristal empañado, trato de dibujar con los dedos las letras que componen tu nombre, pero el trazo es impreciso, temeroso, y al final no te nombro, te hago un garabato, y después te borro con la manga de la chaqueta, te emborrono, como si quisiese borrarte, y resulta que al otro lado se sigue encontrando el mundo. Más allá del cristal, está la ciudad, ahí sigue, con sus luces, su tráfico, sus semáforos. Es invierno fuera y aquí dentro, es invierno y hace frío ahí fuera y en mis huesos. Aun con todo, no llevo guantes, y con las manos frías toqueteo el cristal en busca del nombre que traté de dibujar y no pude, en busca de ti y no encontrarte.

Créeme, de verdad lo sé, que fui yo todo aquello que se supone que no debería haber sido, y realmente, después de todo, nunca quise que te fueses. Y no sé, tampoco supe nunca si estuviste aquí. Por eso te busco a tientas y te dibujo donde no estás, por si te encuentro o no.


Elliot Smith

2 comentarios:

  1. fui yo todo aquello que se supone que no debería haber sido

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  2. El texto es precioso. Adoro a Elliot Smith, por otro lado ~

    Un beso o 2 #

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