lunes, 26 de diciembre de 2011

A 10 centímetros de silencio.

 Fotografía robada de aquí

No podemos sentir el amor sin haber sentido el desamor primero.
Igual que uno no puede nunca encontrar algo que no se le haya perdido antes. Como los imperdibles y esas cosas tan pequeñas, tan diminutas, que andan siempre desperdigadas por los eternos bolsillos. Y para perder algo, claro, primero hay que poseerlo. Primero hay que rozarlo nada más que con la yema de los dedos, notar la electricidad en las uñas, en la carne, en las falanges largas y delgadas de tus manos. Después debes dejar viajar la corriente a lo largo de tus brazos, notar las descargas eléctricas en los hombros, que se erice la piel, que te vuelvas blanca, lívida, bella.
Cuando ya notes la luz dentro de ti, entonces lo poseerás, y será justo ahí también, a sólo 10 centímetros de silencio, cuando empieces a sentir el miedo a perderlo.

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